Controlado por los Blancos que Demandan Mano de Obra Barata
La colonización europea de África fue la alienación de la tierra autóctona por el control de las materias primas y el territorio. Las plantaciones fueron controladas por europeos y la colonización trajo colonos-granjeros sus tierras y enseñaron a trabajar con el modo europeo. Tras la independencia, comienza la reforma agraria que implicaba la formalización de los derechos de arrendamiento de los tenedores africanos.
Dependiente de la zona de África, se llevaron a cabo una serie de reformas distintas en los países en los que los colonos blancos se habían apropiado de las tierras a gran escala de los nativos. La redistribución de las tierras para el control de los recursos era la prioridad.
Las políticas agrarias se caracterizan por la precariedad de los trabajadores. Hay mucho desempleo, muy pocos ingresos de agricultura, falta de sanidad y educación, sequía y las enfermedades como el SIDA que acentuaban la pobreza.
La Ley de Tierras de 1997 reconocía el uso de la tierra a los usuarios y los acuerdos administrativos. Los métodos de asignación de tierra no cambiaron, no había protección específica para los derechos de los individuos. Lugares como Mozambique tiene grandes recursos pero no están bien utilizados.
La crisis económica impidió que gran parte del dinero del estado se destinara a la reforma agraria que se paralizó a mediados de los noventa. La crisis se hizo cada vez mayor y aumentó el desempleo, la pobreza, la desigualdad y había gran escasez de alimentos que unido a la sequía hicieron que aumentara la corrupción.
En el caso de Sudáfrica, la mayoría del país fue reservada para la minoría de colonizadores blancos. Se crearon ghettos ya que más de 13 millones permanecían las reservas natales. Las granjas estaban sobreexplotadas. El sector campesino estaba controlado por los blancos que demandaban mano de obra barata.
El trabajo de los indígenas Africanos tiene problemas fundamentales y consecuencias graves; la gente, incluyendo niños pequeños, trabaja en situaciones peligrosas, no hay cambios entre África y Occidente para combatir la pobreza o desarrollar la economía rural, y todavía hay más masacres, hambre, enfermedades y demás que la gente no puede evitar.
En conclusión, podemos decir que el neocolonialismo ha destruido la economía y derechos humanos de la mayoría del continente África. Las explotaciones graves están hechas por los propios intereses de los colonos blancos, creando una vida impresionantemente más difícil para los indígenas.
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